Oportunismo de derecha y de izquierda
Debe haber sido hace unos tres años o tal vez más cuando participé en una reunión política con Vladimir Cerrón. Un dirigente de mi partido había propiciado el encuentro con demasiado entusiasmo para mi gusto. La reunión se desarrolló con la formalidad propia de los viejos partidos comunistas. No recuerdo nada concreto como resultado, más allá de las habituales promesas de unidad. Lo que si me llamó la atención fue la aparente sintonía que se esforzaba en demostrar Cerrón con nuestra organización. Rememoraba su estadía en Cuba y sus fuertes lazos con los camaradas cubanos. Se esforzaba por utilizar todos los clichés y modismos habituales en la izquierda comunista. Tanta condescendencia me pareció fingida. Más aún porque no la entendía. Un grupo que ya cuenta con registro electoral suele ser más bien soberbio y distante, especialmente en la izquierda local. En todo caso, la anécdota quedó allí. Un candidato presidencial que poco menos nos prometía inscribirse en el partido y