Carta Petitorio: no ha servido ni sirve.
Muchas veces, en mi oficina de la CGTP, los trabajadores que se acercan para hacer sus consultas o pedidos, me cuentan que están elaborando una carta, donde expresan sus pedidos “para que tome conocimiento la empresa” y que al final, “todos la hemos firmado” . Me es difícil dejar de maravillarme por la manera que algunos procesos clásicos en la conformación de la clase obrera se repiten y repiten en todas partes. Si, hace doscientos años los trabajadores redactaban sendas cartas y petitorios a sus patrones con la esperanza de ser oídos y atendidos. ¿Tuvieron éxito? Generalmente no. La esperanza de los trabajadores reposaba probablemente en que su situación era tan dura, tan difícil, tan humillante que ningún ser humano decente podría tolerarla. Jornadas intensivas de trabajo de 15 horas, trabajo infantil permitido, remuneraciones mínimas, ausencia total de seguridad en el trabajo, entre otras características del empleo en el siglo XIX. Los obreros pensaban que sus patrones eran básicam