Hace algunos años atrás, Juan, un viejo sindicalista me contó la historia de donde proviene el término “ amarillo ” como sinónimo de pro patronal. Juan me decía –Mire usted, joven… hace muchos años atrás teníamos una dictadura muy cruel, muy abusiva y antilaboral, No recuerdo si era la de Odría o Sánchez Cerro,… bueno, esta dictadura perseguía a los sindicalistas más consecuentes, a los clasistas, llenó de soplones las fábricas y las reuniones. A pesar de eso, aún podíamos organizarnos, y presentar nuestros reclamos- El hablar de Juan era lento pero no cansado, a veces se emocionaba y podía ver a través de sus arrugas, rabia y cólera. Algunas pocas veces, incluso alegría y risa. -Pero el dictador con el ánimo de debilitarnos moralmente, mandó a construir un conjunto de viviendas para obreros, los famosos barrios obreros. Era algo se sensibilidad ante la “cuestión social” de la que hablaban los curas reaccionarios que “se preocupaban por los más pobres”. Juan era un anticlerical