Antifujimorismo, unidad y "guerra de desgaste"
Rosa Luxemburgo |
Hay diferencias en la manera que se entiende el carácter, tipo y sentido de la lucha que estamos desarrollando a partir del indulto al dictador Fujimori. De manera esquemática y escueta presento varios elementos que considero pertinente discutir a partir de la actual coyuntura:
a.- El sistema político está atravesado por una red de corrupción a todo nivel. Las investigaciones sobre los principales líderes políticos deben continuar sin excepciones. Políticamente se debe incidir en las investigaciones a Alan García y Keiko Fujimori. Queda claro que los grupos políticos dominantes pretenden establecer un pacto de impunidad.
b.- El post-indulto ha provocado cambios en las correlaciones de la derecha. El fujimorismo enfrenta una importante fractura. La pugna entre Keiko y Kenji no debe ser subestimada ni desechada. Se trata de una disputa entre dos facciones de derecha delincuencial y corruptas. Al mismo tiempo, la división del fujimorismo es la mejor oportunidad que tenemos las fuerzas democráticas para derrotar a esta corriente política. Sin embargo, se trata de una fractura que siendo importante, también puede resolverse en el corto plazo, pues no implica contradicciones objetivas.
c.- El gobierno buscaba una mayor estabilidad a partir de la fractura fujimorista y el apoyo del sector de Kenji Fujimori. Sin embargo, no lo ha logrado porque no hay una ruptura del sector fujimorista. Así, el gobierno carece de apoyo y se ha visto obligado a parchar el Gabinete con cuadros políticos de segundo nivel. De esta manera, el gobierno de PPK no logra estabilidad y la crisis permanece.
d.- Las izquierdas del Parlamento han mantenido tácticas diferentes por lo que no lograban articular una estrategia de acumulación de fuerzas. Es a partir, de la convocatoria de la CGTP junto con otras organizaciones sociales y juveniles que se ha logrado articular movilizaciones en clave de acumulación. por lo tanto, es imprescindible mantener el Comando Unitario de Lucha como un espacio de coordinación social y política pues sólo así se convierte en un factor de poder popular.
e.- La lucha “antifujimorista” es de carácter democrático popular, por lo que no es necesariamente, una lucha contra el sistema capitalista de manera inmediata. Poner por delante las demandas anticapitalistas es reducir la convocatoria y debilitar el “frente antifujimorista”. Sin embargo, si es nuestra tarea incidir en la conciencia de las masas para acelerar la evolución de la lucha antifujimorista en una propuesta programática de izquierda, es decir revolucionaria.
f.- La estrategia que la actual coyuntura nos impone es de una “guerra de desgaste”, es decir, insistir en las movilizaciones en las principales ciudades, articulando las luchas sectoriales y regionales. Mantener la protesta ciudadana durante los próximos meses, sin darle tregua al gobierno. El objetivo es bloquear todas las iniciativas del gobierno. Sólo así podremos acumular fuerzas y crear las condiciones para nuevas elecciones y asamblea constituyente.
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