El fundamentalismo liberal de El Comercio
El día domingo 2 de julio, el principal periódico del país, "El Comercio" publica un editorial que resume la posición de los liberales ante la muerte de los jóvenes trabajadores en el incendio de la Galería Nicolini en Lima. Tengo una copia del mismo gracias a la gentileza de Ricardo Parodi quien me sugirió además, escribir éste post.
El editorial se queja del supuesto uso "político" que algunos sectores de izquierda le dan a los hechos ocurridos. Al igual que en otros casos, como el incendio de las Torres Grenfell en Inglaterra hay un sector de derecha que no desea "politizar" el tema. A pesar que tanto allí como aquí, se trata de un tema eminentemente político.
Para el editorialista de El Comercio "las rigideces laborales explican en parte las altas tasas de informalidad en el Perú y también que la mayor proporción del empleo se dé en empresas al margen de la ley, poco productivas, y que no tienen que cumplir con ningún estándar laboral de salud ni seguridad". Esta afirmación esta reñida con toda la evidencia empírica producida por innumerables estudios e investigaciones.
En primer lugar, hace bastante tiempo que se ha dejado de entender el tema de la informalidad como un problema dual, que opone a una economía formal frente a otra economía informal. Hay más bien una amplia zona gris, donde muchas empresas mantienen áreas, líneas, proveedores y trabajadores indistintamente de manera formal e informal.
La empresa JPEG SAC donde laboraban Jovi Herrera y Jorge Luis Humán es una empresa formal, debidamente registrada en la SUNAT que tiene registrado en el sistema de planilla electrónica a un trabajador y además tenía trabajando sin registro, a los jóvenes ya mencionados.
En segundo lugar, no es veraz insistir en las "rigideces del mercado laboral" a estas alturas, cuando cerca al 70% de los empleos formales están regulados por contratos temporales que en promedio no exceden de los tres meses. El principal problema del mercado laboral no es la rigidez sino la precariedad, como incluso lo ha señalado el último informe sobre empleo de la OIT.
En el Perú actual, un empresario tiene la más amplia libertad para contratar y despedir a un trabajador. Es más, puede despedirlo el mismo día que lo contrata. Claro, mediante un contrato temporal, lo que esta diciendo es "vas atrabajar desde hoy y hasta los próximos 90s días que es cuando te despediré, es decir, no renovaré tu contrato".
Pero más aún, un mal empresario puede incluso evitar este formulismo del contrato y emplear sin contrato alguno a un trabajador, que es precisamente, lo que hacia la empresa formal JPEG SAC. ¿Y por qué puede prescindir del contrato laboral? Pues, porque el Estado y sus voceros en la derecha económica consideran que no es necesario fiscalizar a las empresas formales como JPEG SAC.
Efectivamente, el editorialista de El Comercio señala que "no se trata, pues, ni de asomo de falta de fiscalización a empresas formales..."
Otra vez una frase que solamente se sustenta en la fe ciega del neoliberalismo. Hay una investigación que realizó la OIT que señala la relación existente entre el número de inspectores que tiene un país y la tasa de informalidad. De ese documento, Pedro Llanos me ha alcanzado el siguiente cuadro:
Lo que se ve es bastante claro y lógico. Podemos señalar que hay una fuerte relación entre esas variables. Mientras más inspectores tiene un país, es menor el nivel de informalidad. ¿Qué dirá ahora el editorialista de El Comercio?. ¿Va a insistir que no hay relación entre informalidad e inspecciones laborales?
El incendio de la Galería Nicolini y la muerte de los jóvenes trabajadores encerrados con un candado en un contenedor de metal, debe quedar como un símbolo claro de la precariedad laboral y los abusos que se comenten bajo su amparo. Y por eso, este tema, es político, porque tiene que ver con las diferencias de poder que existen en las relaciones laborales en el país.
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