De cómo el Sindicato de Papelera Nacional dio una lección a la empresa
Papelera Nacional es una empresa líder en el ramo. Es la que produce desde hace muchos años los cuadernos Justus, Collage, Surco, Graphos, Loro y otras marcas conocidas en el Perú. Tiene una planta en el Callao y otra al norte de Lima.
Desde hace un buen tiempo exporta. Acaba de comprar la imprenta Minerva. En términos generales es una empresa solvente y con una posición privilegiada en el mercado.
Las condiciones de trabajo sin embargo eran muy duras hace unos años atrás. Muchos trabajadores laboraban con el salario mínimo a pesar de ser mano de obra calificada. Se laboraba jornadas de doce horas obligatorias. En fin. Los abusos usuales en una empresa peruana.
Por eso, los trabajadores hace unos tres años, con la ayuda de la CGTP lograron formar su sindicato. Ahora tienen más de 250 afiliados. Obreros jóvenes, hombres y mujeres.
Al parecer, la formación del sindicato no les ha gustado a los señores empresarios. Hace dos años no pagan utilidades. Como sabemos, hay muchas maneras para que una empresa pueda legalmente postergar el pago de las utilidades. Los trabajadores obviamente están molestos.
Para distraer las cosas a un funcionario de recursos humanos se le ocurrió realizar una "fiesta - almuerzo de confraternidad" por el aniversario de la empresa. La empresa suspende labores por un día, pone transporte y llevará de paseo a todos los trabajadores. Comida y bebida gratis para todos. Un día de armonía celebrando el aniversario de la empresa. A olvidarse de los reclamos.
La estrategia empresarial era perspicaz. Si el Sindicato se negaba a participar y llamaba a un boicot al almuerzo de la empresa, corría el riesgo de quedar aislado de los trabajadores. Por otro lado, si participaba sin más, su reclamo perdía legitimidad y la empresa se anotaba un punto.
El Sindicato se reunió con la CGTP para analizar la situación. Pensando, pensando, los trabajadores tienen una idea. Cada afiliado y afiliada se ha puesto un polo que dice simplemente "Panasa paga mis utilidades". Es un polo de vestir y hasta donde sabemos, no hay ley ni derecho que permita a una empresa dictar la manera de vestirse de un trabajador un día feriado y fuera de la empresa.
Y así, la empresa celebró su cumpleaños con más de 250 trabajadores y trabajadoras recordándole las utilidades no pagadas. A cada lado que miraran los funcionarios, gerentes y demás, veían trabajadores que alegres jugaban, conversaban, ganaban una rifa y almorzaban mientras lucían orgullosos sus polos de protesta. Lo que hubiera dado por ver la cara de los empresarios.
Aquí algunas fotos:
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