Una prensa partidaria en tiempos de Facebook
NOTA: Este artículo me fue solicitado por el equipo de UNIDAD a propósito de una discusión partidaria. Lo alcancé hace más de 10 días y espera ser publicado en dicho portal. Al parecer mis camaradas andan muy atareados en las fiestas navideñas y por eso aún no sube el artículo. Como buen ateo, a mi estas fiestas no me ocupan demasiado, por eso me tomo el tiempo para colocarlo aquí y evitar que pierda más actualidad.
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A
veces algunos debates, en verdad son solamente manifestación de otras disputas,
más intensas y de fondo. Algo así ocurre con la última discusión que tenemos en
nuestro partido, alrededor de la prensa de izquierda, el portal web y UNIDAD.
Lo
que estos conatos de discusión, estas puyas de Facebook traslucen son
simplemente el proceso de reconfiguración de la imagen social del partido en
estos tiempos. Seamos claros. Somos un partido que ha trastocado su imagen
colectiva desde el fin de la guerra fría y la salida de Jorge
del Prado del cargo de secretario general. Y desde entonces no hemos
encontrado ni construido una imagen social alternativa, a diferencia por
ejemplo de los camaradas chilenos, que han logrado un proceso de continuidad y
cambio entre la imagen del PC de la época de Allende, al de la resistencia
pinochetista, al de Gladys Marin para llegar finalmente al actual
PC chileno.
Nosotros
en cambio, hemos sido el “PC moscovita” desde los 60s hasta el fin de
la guerra fría. Hoy día ese rótulo no tiene ningún sentido. Desde entonces
hemos tratado de mantener, no siempre con éxito, una coherencia en la línea
política, apostando por la unidad de la izquierda y un diálogo siempre más
cómodo con la centro izquierda que con la izquierda ultra. El estilo PC pues.
Ese
modelo de acción política ha sido más o menos válido en las últimas décadas por
diferentes razones. En los 70s y 80s, porque los “ultras” eran sectores
minoritarios, de clase media, cuyas estrategias para construir articulaciones
sociales aparecían como ajenas y maximalistas. Luego, en los 90s, con la guerra
interna en apogeo, la caída de la URSS, la dictadura fujimorista y sus
políticas neoliberales, pues no había mucho espacio para una radicalidad de
izquierdas. El estilo PC tenía
sentido y así podíamos seguir actuando como si en Moscú todavía brillará una
estrella roja y la disputa mundial fuera bipolar.
Pero
esto ha empezado a cambiar en el último lustro. Lo social está cada vez más
radicalizado mientras lo político cada vez con mayor dificultad se mantiene en
el tradicional conservadurismo timorato. Tenemos presiones desde lo social que
reclaman un discurso y una práctica más “radical”. Y aquí como siempre, usamos
el término radical en su sentido de “ir a la raíz” antes que simple
maximalismo. Esas presiones sociales, se trasladan a la política, donde fuerzas
de centro izquierda son cada vez más desplazadas por grupos que aparecen en la
izquierda izquierda.
Y
frente a esto, nuestro partido enfrenta presiones sociales y políticas por
mayores definiciones. En buena cuenta se trata de construir una identidad, un
rostro, una imagen del partido que responda a la sociedad actual.
De
allí la importancia de las propuestas en comunicaciones para el Partido. En los
últimos meses se han tomado decisiones importantes en esta materia. Ya todos
estamos informados. Estamos privilegiando lo digital y virtual sobre lo impreso
y material. El portal de UNIDAD ahora es más vistoso, con una estética moderna.
No tengo claro como queda el UNIDAD impreso, aunque sabemos que siempre ha
tenido un tiraje marginal, casi como el de un colectivo de izquierdas.
Estas
decisiones como todo en la vida, tienen consecuencias. Las ventajas de un
portal virtual y de activar en Internet son por todos conocidas. Menores
costos, implementación más sencilla, mayor libertad y flexibilidad para
organizar el trabajo. Sus desventajas sin embargo no puede ser obviadas: lo
virtual es mucho más efímero y esto tiende a ser superficial. La forma
reemplaza al fondo. Su alcance no es tan grande como pudiera parecer. Los
públicos en Internet tienden a ser muy segmentados y pequeños en nuestro país.
Y en general son grupos cerrados, no hay muchos canales para acceder a públicos
nuevos o que nos interesen.
Para
ponerlo más claro. El portal de UNIDAD ahora lo visitan los militantes de
nuestro partido y los compas de otros partidos de izquierda. Tal vez gracias a
Google, llegue por allí algún
universitario buscando un resumen para copiar y pegar. Pero ¿cómo acercarnos a
los jóvenes obreros? ¿a los estudiantes universitarios de provincias? ¿a los
pobladores de asentamientos humanos? ¿a las mujeres asalariadas en el campo?
En
cambio, en los 70s y 80s cuando UNIDAD era un medio impreso, el partido podía
decir: “Necesitamos ganar influencia en
los sectores obreros. Vayan a vender el periódico a la salida de las fábricas
de la Av. Colonial”. Y se hacía. El periódico se vendía o entregaba a
personas que no conocían al Partido. El medio impreso te da libertad para
dirigir tu mensaje al público específico, ventaja que el medio virtual no tiene
(salvo que uses Adwords). Ahora, podemos
estar en Internet pero no podemos hacer que un sector específico que no nos
busca ni nos conoce, lea nuestro portal.
Y
ese es uno de los problemas más serios que tiene la cultura de facebook de
izquierdas. La de leerse a sí misma. La de construir no una cultura sino un gueto. Podemos estar repitiendo los
problemas y límites de ciertas élites
intelectuales que se critican y alaban en su reducido cenáculo pensando que
son la totalidad del universo.
El
otro problema de la propuesta virtual es su debilidad para organizar. Una
propuesta virtual es más el trabajo de un equipo informático, de unos geeks que
requieren manejar un lenguaje específico. La prensa partidaria tiene la
capacidad de construir organización. Vamos, que buena parte de las propuestas
del joven Lenin tratan de cómo hacer de Iskra -su periódico- la columna del
partido.
Y un
portal virtual no puede llenar ese vacío porque lo organizativo de la prensa
partidaria clásica se encontraba en dos redes que articulaba: la de
corresponsales y la red de distribución del periódico, siendo esta última la
más importante. Es decir, las tareas menudas de recoger, llevar, repartir el
periódico del partido son precisamente la principal ventaja del mismo. La red
de distribuidores es el embrión de los organizadores del partido, de los
futuros comités locales.
Y un
portal web no funciona así. No hay una estructura de distribución. Ciertamente,
un medio virtual puede aún ayudar a la organización partidaria, pero su impacto
ni es inmediato ni es automático. Hay que pensarlo y eso no lo ha hecho el
equipo técnico que ve estas cosas y que lidera el camarada Nuñez.
Más
allá de entusiasmos interesados, el alcance de una propuesta virtual es
limitada. Probablemente sea casi tan limitada como el tiraje impreso de UNIDAD,
por lo que en cuanto a mayor cobertura, no seamos demasiado optimistas.
En
este debate, el camarada Oscar Alarcón ha señalado, un punto interesante. No
comparto ciertamente su entusiasmo por denunciar excesos y poner calificativos
con demasiada facilidad. Pero nos ha recordado las viejas prácticas “clandestinas” de la tradición comunista.
En concreto, le incomodan las fotos de los militantes que sonrientes o
pensativos intentan adornar nuestro portal.
Como
es habitual con Oscar, tiene algo de razón, pero no toda la razón. Para sustentar su crítica alude al marxismo
leninismo, a los principios revolucionarios y poco más que a la tumba del
propio Lenin. No es necesaria tanta pomposidad. La ira de Oscar, como la de Khan,
es dramática hasta la exageración, pero no está desencaminada del todo. Veamos.
En
estos tiempos de facebook, wikileaks, NSA, es poco menos que ingenuo pensar que
aquellos interesados en identificar a los comunistas no pueden hacerlo con
métodos más simples. Oscar es un asiduo activista virtual, un blogger
experimentado y asiduo del facebook. Tiene en su cuenta de facebook más de 400
fotos entre propias y de amigos que lo han etiquetado, suma más de 1200
amistades virtuales. ¿Las conoce en persona a todas ellas?,
Cualquier
usuario puede usar un nombre falso y ver toda la información de Oscar y sus
amistades. Para no hablar del programa Prisma de la NSA de los EEUU que
literalmente lee todo el correo electrónico y las redes sociales. Entonces, no
se trata de poner unas fotos o no ponerlas. Vivimos en una sociedad hiper
vigilada. El Gran Hermano ya esta aquí y se llama Facebook.
¿Debemos
entonces resignarnos a las redes virtuales que todo lo vigilan y todo lo saben?
Un extremo va a optar por una salida completamente subterránea. Por retirarse
de Facebook y Twitter, por abandonar incluso el mail, el google y no dejar
ningún rastro digital. Pero no se puede tomar dicha salida y a la vez tratar de
construir una política realmente democrática.
Ciertamente
tampoco podemos cerrar los ojos e ir por la vida como si los wikileaks no hubieran
existido. Somos una organización comunista. Si bien desarrollamos nuestra
acción dentro y por la democracia institucional, nuestra crítica tiene -o debe
tener- un componente subversivo, es decir, la intención de
trastocar el orden establecido mediante un proceso revolucionario. Y eso, que
es parte de nuestro ADN político, requiere una seria reflexión acerca de la
política extrainstitucional que debemos desarrollar. Y eso no se resuelve con
improperios, exclamaciones y exabruptos como lo ha venido haciendo Oscar
Alarcón.
Se
trata de pensar los límites y las contradicciones de la democracia peruana, sus
fracturas y sus hipocresías. La manera perniciosa que articula una estructura
de dominación colonial, clasista y racista. Y frente a eso, tener claro que
todo cambio debe responder a una lógica democrática pero no siempre a su
estrecha legalidad. En ese contexto tiene sentido pensar temas como lo público,
lo privado y lo clandestino.
Las
discusiones, así sean agrias suelen ser útiles y necesarias. Nos permiten
construir un colectivo realmente crítico y riguroso. Esperamos que en esta
nueva etapa de UNIDAD podamos seguir discutiendo y construyendo una identidad
comunista que sea radical y consecuente.
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