El caso Famesa, el desayuno de Ripley y otras escenas de la lucha de clases

Hace unos años, a fines del 2008, un grupo de trabajadores de la empresa FAMESA -que hace explosivos y otras cosas parecidas- en Puente Piedra, se acercó a la CGTP para organizar su sindicato. Alrededor de setenta trabajadores formaron su organización sindical.  El secretario general era un trabajador con muchos años de servicio y la mayoría de afiliados eran bastante jóvenes. 

FAMESA no era una empresa nueva y pasaba por un buen momento económico. Era una de esas empresas industriales que en los 80s tenía un sindicato muy fuerte en una zona muy industrial. Con las reformas de la dictadura fujimorista el empleo se volvio precario, las remuneraciones cayeron y el sindicato fue desaparecido. 

Por eso, con el crecimiento de los primeros años de la pasada década, la empresa prosperó. Pero los sueldos seguian bajos. La administración fue cambiando de manos pero mantenía un estilo autoritario, con funcionarios que eran ex militares y actuaban como en un cuartel. 

Una mayoría de trabajadores laboraba con salario mínimo. Esta situación hizo que el sindicato empezara con mucho entusiasmo. La empresa reaccionó muy mal. Hubo una acusación de robo al secretario general del sindicato, que incluye la presencia de un policía que acusó al dirigente de ser "terrorista".

Los trabajadores empezaron entonces una lucha firme pero solitaria. La empresa continuo amenazando, despidiendo dirigentes y maltratando a los afiliados. La CGTP hizo muchos y muy variados esfuerzos para movilizar la solidaridad sindical y la presencia de los medios. En lo primero hubo resultados, modestos pero reales. En lo segundo, casi nada. Un par de notas en La Primera y unas líneas en La República. La empresa queda ubicada en la zona industrial de Puente Piedra, muy alejada de todo. Los periodistas no llegaban allí. 

El caso de los trabajadores de FAMESA por la cantidad de abusos, prepotencias y maltratos que comprendía hubiera sido un tema principal en cualquier sociedad democrática. El sindicato duró tres meses. Los dirigentes fueron despedidos y las condiciones de trabajo no han mejorada nada desde entonces en dicha empresa. Si alguien desea conocer más de esta historia puede revisar el viejo blog del sindicato http://sintrafamesa.blogspot.com/ Ahora es parte de la historia peruana de la infamia antisindical. Tengo la certeza que algún día se formará otro sindicato en dicha empresa. 

El caso de FAMESA es bueno para entender algunos de los cambios que operan en las relaciones de trabajo, los conflictos laborales y eso que llamamos la lucha de clases. 

Una de las debilidades más claras del movimiento sindical es la ausencia de un medio de prensa unitario, masivo y propio. A diferencia de otros países, el sindicalismo peruano casi no tiene presencia en las radios. En el cono sur hay muchas emisoras que son la voz de los sindicatos. En Europa, el periódico de la central sindical es casi tan importante como los demás medios de prensa. 

Y los sindicatos, son, más o menos, una presencia si no regular, por lo menos obligada cuando se trata de la economía, la crisis, lo laboral. Aquí, no es así. Aquí la televisión puede hablar de empleo sin pedir la opinión de un dirigente sindical. Opinan los empresarios claro. 

Esta bien, La derecha no nos da voz ni espacio. Es lógico. Es la derecha empresarial y no podemos esperar otra cosa. ¿Pero no debería el movimiento sindical tener sus propios espacios de información y comunicación? Una buena pregunta es por qué no hemos logrado construir una prensa sindical que sea económicamente viable. 

Entiendo que a nivel de radioemisoras, la legislación que adjudica las ondas de radio es bastante restrictiva y casi no hay espacio allí. Un medio impreso tiene el problema de la subsistencia en una sociedad que esta dejando de asociar información con periódicos. 

Tengo la impresión que un buen periódico estrictamente sindical, riguroso, serio y militante es también una opción rentable en lo económico. Pero mientras eso, la clase, sabia como siempre, encuentra otros medios. En el 2008 ningún sindicato estaba en Facebook, casi no habían blogs sindicales.  Pero ahora es diferente. 

Hace un par de años los sindicatos estaban ingresando a Internet. Ahora, la gran mayoría de dirigentes usa correo electrónico y muchos sindicatos han tenido y tienen un blog. Pero lo más interesante es lo que pasa en Facebook. Este año es cuando las organizaciones gremiales han entrado a las redes sociales.  Es cierto que los compas del cono sur y los chilenos especialmente, nos llevan ventaja. Pero aquí estamos. Y junto con Facebook viene una mayor visibilidad de las luchas gremiales, de los abusos, de las demandas. 

El año pasado el Sindicato de INDECO realizó una de las más largas huelgas en el sector de manufacturas. Y desde Facebook se logró canalizar buena parte de la solidaridad sindical. Mensajes de apoyo, visitas reales, apoyo concreto. 

A inicios del presente año, los trabajadores de Plaza Vea formaron su sindicato y desde Facebook y Twitter mucha gente sensata apoyo el derecho de organizarse de los trabajadores y trabajadoras en dicha empresa. La presión llegó a la prensa escrita y la televisión incluso. Lamentablemente, el poder de la empresa despidió a los dirigentes y destruyó el sindicato. 


Las empresas contraatacan

Se trata, como todo en la vida, de un espacio más de la vieja lucha de clases. Aprendemos cosas nuevas para no dejarnos derrotar. Y ellos, los patrones también aprenden. El sindicato de Ripley ha logrado que sus luchas y demandas despierten la simpatía de muchas personas en Facebook y otras redes. Son los que mejor usan las redes sociales, suben vídeos, registran todas sus movilizaciones. La imagen de la empresa "es afectada" y por eso toma cartas en el asunto. 

¿Y que hace la empresa Ripley?

Pues invita a los más conocidos blogger y comentaristas de Facebook y Twitter para "conversar" con desayuno incluído sobre las políticas laborales de la empresa. Lo que quiere, claro es incluir mediante un trato "amigable" y contar con aliados en Facebook y Twitter. 

¿Lo logrará?

No lo sabemos. No sería la primera vez que una empresa logra "convencer" con regalos, promociones, apoyos y estímulos la opinión de algunos famosos de las redes sociales. Ya es un tema de la conciencia de cada quién. De los que asistan "por curiosidad" y de los que se acomodan a lo que dicte la empresa. No sorprendería ver en los próximos meses, que algunos "han descubierto" que el sindicato no dice "toda la verdad" o ver cómo algunos de pronto ya no comparten ni replican las notas sindicales. 

¿Qué hacer?

Nosotros, a lo nuestro. Seguir tratando de construir un medio de prensa nacional, masivo y bueno, que informe de los temas del trabajo desde nuestra cancha. Y a la vez, seguir avanzando en las redes sociales.

  • Todos los sindicatos deben tener una cuenta en Facebook, Twitter y Google+
  • Cada marcha, movilización, huelga debe ser registrada en fotos, en video
  • Colocar también documentos, comunicados, datos. 
  • Subir toda la información a estas redes
  • Y compartir el rostro de nuestras luchas:
    • Conocer quiénes son los que luchan en una huelga
    • Conocer cómo vive un trabajador asalariado de una gran empresa trasnacional que le paga mil soles mensuales
  • Y compartir todo esto. Pasa la voz, replica. 
  • Y ser solidarios. 
El próximo año, veremos más presencia de las luchas sindicales en las redes. Veremos también como las empresas tratan de silenciarlas. Que sus esfuerzos terminen en fracaso.  



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