Dos imágenes, dos épocas, dos izquierdas...
A veces dicen que una imagen vale más que mil palabras...
Una reunión de José Carlos Mariátegui y camaradas. Nótese la edad de todos ellos. El mayor no debe pasar de los 40 años y no es la figura principal. Algunas sonrisas, algunos rostros serios. Hay una formalidad algo relajada. José Carlos tiene el lugar central pero no parece muy interesado en la foto. El lugar esta en las afueras de la ciudad. No todos miran la cámara.
Un alto en la campaña electoral de Javier Diez Canseco, rodeado de activistas. Un grupo de jóvenes menores de 25 años tiene al centro a un líder de 63 años. Predominan las sonrisas y los polos de campaña. Javier es curiosamente el más alto. El lugar es el centro de Lima. Todos o casi todos miran a la cámara.
Una reunión de José Carlos Mariátegui y camaradas. Nótese la edad de todos ellos. El mayor no debe pasar de los 40 años y no es la figura principal. Algunas sonrisas, algunos rostros serios. Hay una formalidad algo relajada. José Carlos tiene el lugar central pero no parece muy interesado en la foto. El lugar esta en las afueras de la ciudad. No todos miran la cámara.
Un alto en la campaña electoral de Javier Diez Canseco, rodeado de activistas. Un grupo de jóvenes menores de 25 años tiene al centro a un líder de 63 años. Predominan las sonrisas y los polos de campaña. Javier es curiosamente el más alto. El lugar es el centro de Lima. Todos o casi todos miran a la cámara.
La izquierda no ha sabido (o podido) mantener bases sociales sólidas como para renovarse de forma natural u orgánica. En eso creo que estamos de acuerdo. Sin embargo, yo me quedo con lo que decía el Viejo en el Manifiesto. Los izquierdistas no podemos ser un destacamento de ultravanguardia, separado de las condiciones objetivas del movmiento. Actualmente las circunstancias y las decisiones de diversos partidos nos han conducido a una situación en la que no tenemos candidatura, pero aún en ese marco, me parece, hay que utilizar a las elecciones para levantar ideas, programa, etc. desde la tribuna en la que se esté. Después de éstas quizá sea una buena oportunidad de ajustar cuentas con los mayores...
ResponderEliminarOjala, Pedro. En general tampoco hay que dar bandazos, de ultravanguardia a ultraretaguardia, no es un buen síntoma. Más allá de las simpatías personales creo que los jóvenes rojos podrían ayudar más alrededor de otros jóvenes rojos.
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