La estrategia actual del sindicalismo peruano
No es un tema fácil entender la estrategia sindical de la CGTP. Desde la ultra izquierda se reciben muchas críticas a la aparente lentitud, reformismo o paciencia de la central mariateguista a la hora de convocar paros, huelgas y movilizaciones. Los ultras, claro, viven generalmente en un mundo maravilloso donde la revolución se encuentra a la vuelta de todas las esquinas, al alcance de la garganta más fuerte. Como el dirigente del Partido de los Trabajadores... de Chiclayo, que en Lima pide paro de tres días y en su ciudad con la justa logra animar una movilización de un par de horas.
Y a la vez, para la derecha antidemocrática local, la CGTP es poco menos que uno de los jinetes del apocalipsis. Los empresarios no nos desean ver en las negociaciones colectivas, ni asesorando a los sindicatos de empresa. Para unos muy poco y para otros demasiado.
Para entender es necesario ponernos de acuerdo primero, en algunas cosas.
El movimiento sindical en el Perú es débil. La tasa de afiliación sindical es una de las más bajas en América latina (alrededor de 8,65%) y ya se ha interrumpido la tendencia de crecimiento de los años anteriores. Másaún, la debilidad del sindicalismo local tiene diferentes rostros, por decirlo de alguna manera. La fragilidad orgánica es tal vez la más importante. Por ejemplo, la CGTP articula una red bastante precaria de sindicatos, federaciones y territoriales con diferentes tradiciones, liderazgos e identidades. Si bien todos nos reconocemos parte de una misma membresía, los niveles de autonomía de cada parte son muy altos -que es lo mismo que los bajos niveles de coerción desde la confederal-, por lo que sostener en el tiempo acciones colectivas resulta muy difícil.
La debilidad económica del sindicalismo es también una seria limitación. A diferencia de algunas muy exitosas ONGs, los sindicatos disponen de escasos recursos. La alta autonomía descrita líneas arriba se expresa lamentablemente en el no pago de las cuotas sindicales. En este tema, que exige un post especialmente dedicado, solo cabe señalar que el problema no es el trabajador sindiclaista. El afiliado cotiza bien y regularmente. Los sindicatos no siempre cotizan a sus federaciones y éstas casi nunca a la confederal. La debilidad económica, -no es necesario profundizar más-, limita el radio de acción de la institución y nos hace dependientes de la solidaridad internacional.
Otro problema, y muy serio, es la brecha generacional existente entre nuestras filas. La crisis sindical de los 90s, provoco que el natural proceso de renovación de cuadros se interrumpiera dramáticamente. A mediados de los 90s era casi imposible encontrar un dirigente sindical menor de 3o años, hoy ocurre algo similar. No hay dirigentes en base cuatro. Los hay menores de 30s y mayores de 50s. Este vacío tiene un impacto en los códigos de comunicación, simbología y tradiciones ciudadanas (para ya ni mencionar a las tradiciones políticas). Esto dificulta aún más, los necesarios pocesos de renovación y promoción de nuevos liderazgos.
Otro problema necesario de mencionar es la partidarización de la acción sindical, al punto de llevarnos a divisiones y paralelismos abusurdos. En general, como lo he señalado en otros artículos, cada periodo de crecimiento sindical ha venido aparejado de una profunda división y enfrentamiento. Las actuales rupturas no son materia de estrategia gremial, ni de fracturas transversales; se trata de disputas partidarias en las cúpulas sindicales. Si bien hemos aprendido el valor de la unidad durante la crisis de los 90s, algunos sectores creen que aún es posible, un sindicalismo de correa de transmisión y cooptación partidaria.
Esos son algunos de los principales problemas que enfrentamos. Ciertamente, a pesar de lo dicho, el movimiento sindical es -a mi juicio-, lo más estructurado, representativo y democrático en la sociedad civil actualmente. Lo cual, no dice tanto de nosotros, como de la debilidad en que anda el resto de la sociedad civil (y no, algunas ONGs no son la sociedad civil).
La estrategia sindical actual es el resultado de una reacción frente al fracaso de una estrategia previa. Para entender esto hay que hacer un poco de historia. Durante el fujimorismo, la acción sindical estuvo duramente reprimida y cuestionada. Algunos olvidan que el secretario general de la CGTP fue asesinado por el Grupo Colina y así como Pedro Huilca, muchos otros dirigentes cayeron por la acción criminal de militares y senderistas.
Para la dirección sindical a fines de los 90s resultaba claro que en la dictadura fujimorista no era posible atender las demandas gremiales, por lo que priorizar una agenda de propuestas laborales era una estrategia errada. Luchar por derechos laborales buscando la fiscalización de la autoridad estatal era imposible, pues el fujimorismo defendía a los empresarios en los ministerios, en el congreso, en el poder judicial, en los medios de prensa. Por eso la CGTP decide asumir la recuperación de la democracia como un primer paso fundamental para la defensa de los derechos laborales.
Para esta labor, la izquierda era demasiado débil. Asi, se empiezan a establecer acercamientos con otras fuerzas democráticas en aquella época. Aunque no se mencione a menudo, pero todos reconocen que la Marcha de los Cuatro Suyos tuvo en el aparato organizativo de la CGTP a su principal apoyo.
La caída de la dictadura abre un proceso de transición democrática. La CGTP es incorporada al Acuerdo Nacional y al Consejo Nacional de Trabajo. Sus dirigentes aparecen en medios de prensa y ya no son ridiculizados o vistos como terroristas. Deja de ser un ente sospechoso o apestado. En ese momento, la dirección sindical define la estrategia sindical y coloca en la derogatoria/reforma de la legislación laboral fujimorista su principal atención.
El objetivo de la CGTP durante el gobierno de Paniagua y Toledo es restablecer un sistema de relaciones laborales más equitativo, tutelar y democrático. Las herramientas eran el diálogo social y la nueva Ley General de Trabajo. En el 2002 se nombró una Comisión de Expertos, -entre ellos estaba Javier Neves Mujica- para elaborar un anteproyecto de Ley General de Trabajo.
Se asumió que en democracia era posible llegar a un acuerdo con los empresarios, quienes aceptarían una modificación a las reglas de juego fujimorista. Al principio, las cosas salieron bien. Se levantaron casi todas las observaciones de la OIT a la legislación laboral peruana. El AN y el CNT formaban subcomisiones y entre reuniones empresarios, estado y trabajadores redactaban documentos y más documentos.
Bueno, estamos en el 2009 y no hay Ley General de Trabajo (y no la va a haber). Ya no estamos en el Acuerdo Nacional y hemos suspendido nuestra participación del Consejo Nacional de Trabajo. ¿Qué pasó?
Los empresarios fueron el sector del fujimorismo que salió mejor parado luego de la caida del dictador. Hay militares y políticos juzgados y presos, pero ningún empresario. Y varios, asiduos visitantes del SIN y receptores de las donaciones de Montesinos ameritaban por lo menos un juicio. Los empresarios se reciclaron rápidamente y entendieron que con o sin el dictador, la legislación laboral no podía cambiar. Un amigo sindicalista español me decía que haber aceptado que las decisiones del Consejo Nacional de Trabajo sean por consenso y no por mayoría, ya implicaba la esterilidad política del mismo. Y la verdad que tuvo razón. Al hacer que todo sea mediante consensos bastaba que los empresarios dijeran "no" para detener cualquier discusión o acuerdo.
A pesar de eso, durante el primer lustro del dos mil apostamos muy fuerte al diálogo social como vía para instaurar cambios sustanciales al marco normativo de las relaciones laborales.
¿Habían otras opciones? Probablemente. La dirección sindical asumió que el Estado era lo suficientemente autónomo para imponer dichos cambios. Doña correlación de fuerzas fue olvidada. El poner el acento en la reforma jurídica, dejaba al Estado como el principal interlocutor del reclamo gremial, librando a los empresarios de toda responsabilidad.
Siguiendo una idea de Norberto García, de esta manera, no se estimula el fortalecimiento del actor sindical, sino se le hace dependiente del Estado. Obviamente, esta no era la intención del sindicalismo peruano, pero probablemente sea un resultado de las debilidades descritas.
Lo que queda claro, es que dicha estrategia fracasó. El diálogo social para alcanzar la reforma jurídica demostró ser ineficaz. Más de siete años y no hay Ley General de Trabajo. El despido arbitrario, la temporalidad de los contratos, la deformación de la negociación colectiva y el irrespeto de la libertad sindical no han podido ser abordados de manera consensual.
Entonces, en el último congreso sindical de 2007, la CGTP renovó su dirección, asumiendo Mario Huamán la secretaría general. Huamán en buena cuenta traía una mirada diferente. El cambio de gobierno implicó la necesidad de reevaluar la estrategia seguida. Al principio, el discurso gubernamental hizó pensar que aún el diálogo social tenía un espacio de viabilidad. Luego, la implementación de un gobierno sordo y de derechas fue cada vez más clara. La alianza entre el aprismo y el fujimorismo mostró claramente los limites a los que se podía llegar desde el juego democrático.
La evaluación realizada por la dirección sindical es que la debilidad del orden democrático impide que los intereses laborales sean debidamente representados en el sistema. La presión de los empresarios sobre el gobierno impide cualquier reforma o mejora sustancial de la situación laboral. En un contexto asi, el movimiento sindical considera que es precondición para cualquier cambio, disponer de una nueva correlación de fuerzas política, que permita al gobierno la autonomía necesaria para imponer las reformas necesarias. Dicha correlación se logra mediante el triunfo electoral de un gobierno de izquierdas que apoye la agenda laboral.
Es decir, la estrategia sindical tiene como centro de su acción, el apoyo a todo esfuerzo democrático por establecer un gobierno de izquierdas. Por esta razón se abandona el Acuerdo Nacional y se participa de la Coordinadora Político Social; se deja en salmuera el Consejo Nacional de Trabajo y se apoya la lucha indígena. Obviamente, la gran prueba de esta apuesta son las elecciones presidenciales del 2011. Una derrota de Ollanta Humala, dejará a la dirección sindical con un serio problema.
¿Es posible articular otra estrategia? Probablemente. Como vemos, el centro de la acción sindical es lo político actualmente. El sindicalismo peruano deviene -en razón de sus debilidades- en una suerte de presión puntual por demandas políticas frente al Estado. Es la lógica de los paros y jornadas de protesta, de alcance nacional. Mientras, las micro luchas negociales, frente a los empresarios son desarticuladas y dispersas. El aumento de sueldos y salarios o la lucha contra los despidos sin estar ausente, no se encuentra al centro de las demandas sindicales. Resulta lógico considerando que la actual estrategia privilegia el escenario político nacional, antes que lo laboral/social.
Pero podría ser diferente... podría articularse una estrategia de acumulación de fuerzas "laboral/social", disputando directamente con los empresarios conflictos de baja intensidad y larga duración por temas como negociación colectiva, reposición de despedidos, libertad sindical, aumentos, contratos, tercerización, etc.
En buena cuenta, la vigencia de la negociación por rama puede alcanzarse mediante una reforma legal o una gran huelga sectorial. Actualmente, estamos buscando un gobierno que nos dé dicha reforma. Ojalá.
ACTUALIZACIÓN AGOSTO
Artículos que replican al presente:
a.- La "estrategia sindical" y la labor política del blog Agitación & Propaganda de Daniel Siguas
b.- Una respuesta a "La estrategia actual del sindicalismo peruano" de Carlos Mejía del blog Economía para Dummies (y otros) de Gonzalo Aguilar.
Y mi dúplica:
Estimado Carlos
ResponderEliminarMuy buena sintesís del problema laboral peruano actual, especialmente en el ámbito de las relaciones laborales y en particular, la crisis del sindicalismo. Coincido en buena parte de tus planteos; en particular, en la incapacidad del sindicalismo peruano - principalmente de su dirigencia, aunque no exclusivamente - para remontar el repliegue político y social que sufrieron durante el neoliberalismo y autoritarismo de los noventa.
Hay algunos aspectos que quizá merecerían otro post específico. Particularmente, la relación entre política y sindicalismo; lo que llamas la politización de los sindicatos. En los ochenta Rospigliosi asoció - si no mal recuerdo - el proceso de despolitización de los sindicatos peruanos como uno de los factores que explicaba el (en ese entonces incipiente) proceso de crisis en el que entraba el movimiento. El tema, a mi entender, no es si el sindicato se politiza o no (una cosa es la identidad política, y otra la gremial), sino, principalmente, si los dirigentes logran distinguir entre la militancia y el activismo sindical, y no entremezclar intereses. Es eso posible para la actual dirigencia sindical?
Otra precisión: sólo una visión esquemática y simplista del concepto de "sociedad civil" puede circunscribirla al ámbito de las ONGs. Dudo que las propias ONGs se conciban como los únicos representantes de la llamada sociedad civil. Ésta, a mi entender, supone una compleja trama de organizaciones, movimientos, asociaciones, etc. que funcionan como "grupos de interés" y que, sin ser partidos políticos, pueden tener objetivos políticos, además de sociales y particulares. Tan sociedad civil como el movimiento sindical lo son las asociaciones de voluntarios, e incluso las ONGs. El tema de la representatividad, por lo demás, es relativo y puede resultar contingente: si no cómo explicar que la convocatoria hecha por una organización voluntaria (Un techo para mi país) pueda convocar más gente a un "concierto benéfico" (por la que además hay que pagar) que la convocada por la principal central sindical (el día del trabajador)? Así vista, la legitimidad social de una organización adquiriría un valor variable, dependiendo de la densidad de los sectores sociales que "representan" y el contexto político y social en que se "mide" dicha legitimidad. Por cierto: 1) bien harían los companeros de la CGTP en aclarar ese asunto por el cual diarios como Correo cuestionan la vigencia y funcionamiento de algunas federaciones afiliadas a la Confederación; 2) suave con ningunear/subestimar el trabajo de las ONGs (así, "en general"), pues gracias al trabajo de algunas de éstas (obviamente, no de todas) no sólo se logró enjuiciar y encarcelar a parte de la mafia fujimorista (por derechos humanos y corrupción), sino también porque realizaron (y siguen realizando) un trabajo importante con algunos sectores del sindicalismo peruano, al que apoyaron antes, durantes y después de la década nefasta de los noventa (me consta personalmente). ONGs como lo es el IESI, por ejemplo.
Interesante el planteo final sobre cómo encarar la lucha por los intereses laborales. Sobre la viabilidad del dialogo social en el ámbito laboral escribí hace poco.
http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20090319/13/pagina/14
Lo último: cuál es la fuente de los cuadros sobre sindicalismo que pusiste en el post anterior, sobre autoreforma sindical? Me las pasas por favor?
saludos,
Hola Quique:
ResponderEliminarEs necesario precisar algunas cosas. Entiendo que tu mantienes una idea-fuerza en tu discurso sobre el sindicalismo peruano que es la siguiente: "la incapacidad del sindicalismo peruano - principalmente de su dirigencia, aunque no exclusivamente - para remontar el repliegue político y social que sufrieron durante el neoliberalismo y autoritarismo de los noventa."
Yo no sostengo eso, ni eso se deduce de mi artículo. Mi idea es que "la debilidad del orden democrático impide que los intereses laborales sean debidamente representados en el sistema."
Son cosas diferentes, pues tu pones el acento en la dirección sindical de la CGTP y yo en el sistema político.
Lo otro es lo que planteó Rospigliosi. Tu lo entiendes al revés. La despolitización no es causa de la crisis sindical, sino resultado de ella. La crisis económica de los 80s hizo imposible que las prácticas sindicales habituales lograran sus objetivos, por lo que las estrategias confrontacionales fracasaron y por ende, los sindicatos se despolitizaron.
El tema de la autonomía sindical, como te dije es una de mis preocupaciones centrales. En ese tema, no es posible caer en generalizaciones, como tu señalas en el tema de las ONGs. No hay una "dirección sindical" homogénea, única, monocorde. Hay matices. En concreto, sostengo que un sector mayoritario de las dirigencias sindicales (en plural) que si asume un concepto amplio de autonomía sindical y distingue planos y niveles entre compromiso partidario y sindical. Y hay sectores minoritarios que aún no lo hacen, tus amigos troskos por ejemplo.
El tema de las ONGs, entiendo que tengas siempre una mirada condescendiente con ellas, pero debes comprender también que son algunas ONGs importantes las que tienen esa mirada reduccionista sobre la sociedad civil. Pasó en el tema laboral, y pasa en temas como trabajo infantil, mujeres trabajadoras, agroindustria, trabajo forzoso, empleadas del hogar, donde algunas ONGs quieren reemplazar a los propios actores.
Como siempre señalo, IESI y CGTP son como el Instituto Cuesta Duarte y PIT-CNT, allá en el Sur por donde andas. Una instancia funcional de la organización gremial. No es cualquier ONG y mucho menos, no es como Plades o como Cedal que son organizaciones completamente autónomas de cualquier fiscalización gremial.
No es mi interés maltratar a las ONGs, ni ningunear su aporte. Respeto a muchas personas que trabajan en ellas manteniendo derechos laborales y transparencia. Ojalá fuera así en todas las ONGs.
Otra más, no confundas "representación" con "convocatoria", pues así vas a terminar diciendo que Gisella Valcarcel es más representativa que la CGTP, por que convoca más gente.
La representación es básicamente intermediación de intereses, por lo que se desarrolla en el tiempo. La representación es una relación social entre actores frente a un poder constituido.
Convocar gente a un concierto, no es pues representación ni te da legitimidad, mi estimado Quique. Es solamente un éxito de marketing y del espíritu filántropo de algunas personas. No confundas una cosa con otra.
Las denuncias de Correo son macartismo. Tu debes saber que legalmente un sindicato o una federación no pierden su registro sindical hasta que se disuelven por voluntad propia o un tercero interesado lo solicita ante un juez. Los delegados a los eventos orgánicos de la CGTP son designados por su propia base, y con ese mandato participan. Lástima que cuando estuviste en Lima no participaste de alguna asamblea de delegados o congreso de la CGTP, pero cuando regreses podrás ver tu mismo como funcionan las cosas. Suave -como tu dices-, con repetir denuncias poco fundadas y malintencionadas.
Como siempre, es un placer discutir contigo por que nos obligas a articular mejor nuestras ideas.
La fuente de los cuadros y otros más te lo paso por email, pero algunos son elaboración mia y otros son de un informe del ministerio de trabajo a una comisión del CNT donde participe.
Que bueno saber de la existencia de este blog.
ResponderEliminarCarlos me parece importante tu explicación sobre la estrategia del sindicalismo, mejor dicho de nuestra central CGTP. Comparto contigo que el cambio político debe permitir el libre desarrollo de los sindicatos y esto se traduce en el cambio de las normas actuales, como tu bien sabes, existen muchas trabas para la negociación colectiva: No existen plazos para negociar (una negociación puede durar 1,2,3 y todos los años que se den dependiendo el caso), En algunos casos si la empresa desea negocia y si no, No, así de fácil, esta de más, mencionar los problemas legales que perjudican el desarrollo del sindicalismo. También me parece acertado tu comentario en recordar lo que sucedió en la década de los 90, tiempo el cual muchas personas y sobre todo los que trabajaban por esa época parecen haber olvidado, pues para nadie es un secreto que en ese tiempo, según lo investigado, la preocupación primordial radicaba en mantener el puesto de trabajo(cosa que aún ha cambiado), comento esto, por que en estos últimos años escucho hablar a muchos compañeros con total soltura, que por que no se hizo esto antes, siempre atrasados, y cosas por el estilo, que debes haberlas escuchado, es por eso importante no olvidar los sucesos ya acontecidos.
Con relación a los comentarios de nuestro amigo Quique, fuera de la diferencia que pueda existir con lo que plantea, es importante reconocer que existe deficiencias dirigenciales en nuestras organizaciones y no tenemos por que ocultarlas, seria una debilidad hacerlo. Por ejemplo para mencionar una de ellas es que ninguna reunión desde el tiempo que tengo como dirigente sindical, empieza a la hora acordada (son 5 años que estoy inmerso en el mundo sindical) y eso es una deficiencia desde mi punto de vista que prácticamente ya se ha hecho costumbre.
Es importante todo tipo de critica que se nos hace siempre y cuando se haga con argumentos válidos como tu lo haz mencionado, por que eso nos hará mejorar nuestras funciones como dirigente, afiliados, ciudadanos y reitero que no es una debilidad reconocer las deficiencias que tenemos, por que cuando las corrijamos, se convertirán en fortalezas.
Finalmente, considero que dentro de nuestras prioridades como sindicalistas debemos preocuparnos también por un verdadero cambio en la educación, por que como te darás cuenta a muchos de los jóvenes (por no decir la mayoría) poco les interesa la política y mucho menos los sindicatos. Tengo muchos amigos que son hijos de sindicalistas, que aborrecen los sindicatos y todo lo que sea una reforma social. Para los sindicatos es difícil ejercer sindicalismo en las nuevas generaciones, debido a la formación que tienen en las escuelas, universidades e institutos. En la estrategia no se debe escapar ningún detalle.
Me despido, felicitándote por la preocupación en promover el sindicalismo.
El presente es un comentario hecho por el c. César Jesús, reconocido ex dirigente del SUTTP.
ResponderEliminarSe presenta en dos partes por su extensión
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Sobre el tema se trato de algunos de los caminos del sindicalismo, pero no solo los hay para el tema de la politica sindical, tambien los hay para la politica partidaria y es en este tema donde las cosas estan mal para nosotros ya que sin un apoyo de partidos que "representen" al pueblo y que al mismo tiempo tengan ese poder de "convocatoria" que tu diferenciaste muy bien al evaluar el caso de Gisela -que definitivamente no "convoca" sino mas bien reune a cualquier hijo de vecino en funcion de algun miserable interes mercantil.
En este sentido pienso que las dos vias mas comunes para las causas populares han sido: la revolucionaria y la parlamentaria. La primera termino de muy mala manera con todos sus huesos rotos luego de la asonada de SL y sus desastrosos resultados, arrastrando con ello a medio mundo mientras liquidaba esa via por lo menos para un futuro inmediato, ¿quien en su sano juicio intentaria seguir esa via luego de los 70,000 muertos y el temor que ha generado entre la mayoria de la poblacion, hablar hoy de socialismo o de comunismo hace que a uno lo miren con temor. Son poco los cc que ahora me escuchan sobre el tema y son capaces de diferenciar entre SL y estos conceptos, imagino que en las zonas mas afectdas la cosas andan peor aun, por un buen tiempo esta via sera necesario liberarla de estos demonios, lo que significara un duro y largo trabajo.
La segunda via o parlamentarismo tampoco es viable por ahora y tengo muchas razones para no creer en lo mas minimo en un señor como Humala, ademas de que asi como en el pasado se perdio la identidad de la izquierda por apoyar a Velazco y a cuanto reformista o seudo revolucionario se les cruzo en el camino. Cuanto mas perdera la mal llamada izquierda si apoya ahora a otra estrella fugaz de la politica nacional. De otro lado tenemos que los partidos de izquierda no suman mas alla del 2% de electorado segun las ultimas elecciones. Tenemos otro elemento, lo que ha hecho el parlamentarismo en Europa no es muy halagüeño, casualmente hoy recibi una llamada de España donde se me informaba que no menos de 700 trabajadores de una empresa cuyos sindicatos eran de CCOO el lunes ya no encontraran sus tarjetas de ingreso a la empresa, mientras que se negocia entre CCOO, las empresas y el gobierno de Zapatero el abaratamiento del despido, ese es el parlamentarismo de hoy y de ayer tambien, algunos le dicen socialdemocracia, no se ha ganado nada para ahora, solo fue para el momento del Estado de bienestar, tal vez necesario hasta la caida del muro o mejor dicho la derrota del modelo de la URSS, perdida la guerra fria el tuitismo y todo los demas conceptos son innecesarios por tanto letra muerta, se cayo la careta del sistema y caen los que eran utiles ayer o se amoldan a los nuevos conceptos para seguir nadando.
Estro es lo que por hora veo en ambas vertientes, si alla la cosa esta asi, como sera dentro de poco aqui, tu lo has notado, sin aliados politicos la tasa de sindicalismo o reproduccion del mismo se detiene y luego cae, ¿despues que? Seguira la central obrera apoyando a los partidos (y no a todos) para ganar terreno en lo partidario y lo politico, hasta ahora este tema se ha visto por parte de los partidos de muy mala manera, el sindicato como vagon de cola del partido, ¿le gustaria a la organizacion partidaria ser el vagon de cola del sindicato? No creo, pero lo opuesto si se aplica, no estoy de acuerdo con ninguno de los dos casos ambas organizaciones deben tener autonomia, no solo la economica como bien dices tu, tambien de esta, la de organizacion independiente del partido, su tarea es de reividicacion de los derecho del trabajador. Independencia de clase, politica, economica, de objetivos, de metas, etc., etc.
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ResponderEliminarLa coordinacion es necesaria no se puede negar, pero no lo es la subyugacion, el sindicato es por si mismo y por su conformacion un ente de corte social horizontal, trabajadores, sin importar su condicion partidaria son al final trabajadores (el frente de JCM) en tanto que partidos hay de todo tipo y mas (en numero y poder) los de caracter derechista cuyas filas estan integradas y financiadas por empresarios o poderosos de toda laya que solo defienden asi sus intereses, atraviezan la sociedad de manera vertical y estan estratificados, solo el que pone la plata esta en la direccion. Humala tiene un partido de familia sino mira su direccion, esta conformada por su familia, papa, mama, hermanos, primos, amigos ¿que lo diferencia de los otros? ¿el discurso? Patria Roja (menos rojos que los rabanitos segun la frase de Lenin y mas rabiosos que el lobo feroz segun la frase que tu les lanzaste en esa asamblea de delegados donde salieron a mostrar un diario Correo contra Juan Jose) tiene el control del SUTEP y este es la cola del partido, ambos son muestra de lo que aqui digo.
Ante todo lo expuesto ¿cual es la nueva ruta de los sindicatos en su coordinacion obligada con los partidos? Y la siguiente pregunta: Cual es la ruta de los partidos si las dos vias principales de ayer hoy no son viables, al menos por ahora. ¿Que hacer? Cual sera la politica sindical y su relacion con la politica partidaria. Saludos.
Cesar Jesus
Hola a todos:
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios y aportes, especialmente viniendo de compañeros que son dirigentes o ex dirigentes pues la experiencia les permite una mirada más en profundidad.
Como siempre deseo comentar algunas cosas:
El sindicalismo es un actor democrático por definición. Lo cual implica su reclamo por profundizar y ampliar la democracia en la sociedad, pero también, conlleva el ejercicio de prácticas democráticas en su interior. Entre otros puntos, la existencia y tolerancia de disensos y críticas. A mi sí me parece válido y más aún es necesario mantener un debate, una discusión y una crítica tanto al discurso, las prácticas y políticas del sindicalismo en general como de sus direcciones en particular.
Ahora bien, mi opinión personal, es que muchos nos detenemos en críticas superficiales y no vamos a la raíz del asunto. No basta adjetivar.
Walter señala con acierto el tema de la educación. Efectivamente hay un vacío muy grande, en parte por que hemos dejado durante los 90s el tema de la educación sindical en manos de las ONGs. Recién ahora, se empieza desde el Dpto. de educación de la CGTP a avanzar en una política educativa sindical.
La relación partido-sindicato que plantea César Jesús, es importante, pero no hay que inventar mucho allí: autonomía sindical y cada quien a lo suyo. Sobre este tema he escrito varios post en este blog.
Es deplorable que los partidos de izquierda no puedan hacer nada sin la CGTP. Hay mucha flojera en la actual generación política de las izquierdas; y las juventudes partidarias de izquierda juegan al radicalismo porque entienden que ser joven es ser ultra. No ven más allá de gritar más fuerte.
Los temas centrales me parecen ser: la brecha generacional, el actual divisionismo, el corporativismo sindical y la muy probable derrota de Humala el 2011.
¿Que hacer? pregunta César Jesús. La autoreforma sindical es a mi juicio la única salida a estos problemas. Confiar en la clase, como decía Trentín.
C. Mejía, en mi blog comento su articulo. Dese una pasada x alli.
ResponderEliminarC. Mejía, dimos una respuesta a su artículo. Puede revisarlo en http://gonzaloaguilarpucp.blogspot.com. Saludos.
ResponderEliminarHola Gonzalo:
ResponderEliminarAcabo de verlo. Gracias por la molestia y los adjetivos. Ya responderé. Por el inicio de una colaboración llena de discusiones.