Apristas atacan local de la CGTP en Lima

El día viernes 22 de mayo, a las 7.00 de la noche, una veintena de jóvenes decidió cambiar sus vestimentas y disfrazarse con trajes de un color bermellón intenso. De esta manera salen a caminar por las calles del centro de Lima. Van dando alaridos y gritos donde la rabia, el miedo y diversas frustraciones salen a luz.

Mientras en el local de la CGTP los dirigentes luego de una reunión muy intensa empiezan a retirarse. En el local se quedan dos secretarias, dos abogadas, la señora de mantenimiento, el periodista encargado de prensa y un dirigente sindical.



En cada extremo, los dos efebos apristas posando coquetamente en el local de la CGTP.

Al centro, una decena de entusiastas antisindicalistas. Patético.



De pronto desde la calle se oyen gritos que lentamente se acercan. Ninguna marcha estaba programada para esa hora así que con curiosidad algunos asoman por los balcones del viejo edificio.

-Por sus disfraces y manera de caminar parecen activistas de los derechos de LGTB- afirma una de las secretarias.
-No sea prejuiciosa compañera- rezonga una de las abogadas que es feminista militante.

-Mmm son apristas- sentencia el dirigente sindical -Disfrazarse así debe ser algún ritual aprista de iniciación. Cosas de Haya de la Torre.

-¿Y que quieren aquí? se preguntan todos.

Afuera la veintena de jóvenes disfrazados empiezan a corear ritmicamente eslogans y consignas contra la dirección sindical de la CGTP y contra la jornada nacional de protesta. Mientras lo hacen, miran nerviosamente a todos lados.

Dos de los apristas suben las escaleras y con un papel en la mano lo agitan amenazadoramente. En la recepción, una de las secretarias aguanta la risa al verlos tan diforzados y tan disfrazados. Los apristas parecen desilusionados de no ver a ningún fornido obrero de construcción civil. Solo hay un grupo de mujeres cuyos encantos pasan desapercibidos por los dos efebos hayistas. Es la tradición de Haya.

El único dirigente que se encontraba es el responsable de educación sindical, probablemente uno de los cuadros más educados y cultos de la central. De manera serena les dice que ya están muy grandecitos para andar haciendo el ridículo en las calles. Que mejor tomen el camino de regreso y se vayan a sus casas.

Los portavoces del grupo invasor parecen desconcertados. Esperaban encontrar un nido de comunistas o un búnker de obreros alzados; pero no. Insisten en entregar su carta.

El dirigente sonriendo maliciosamente les dice -Les sugiero señores que presenten su memorial el mismo 27, a eso de las dos de la tarde. Entonces podremos conversar con más paciencia de sus inquietudes- Los apristas no entienden la ironía y aceptan la idea. Caminando de manera afectada, con la barbilla en alto y agitando pañuelitos blancos bajan las escaleras. Afuera, sus correligionarios con los rostros arrobados en éxtasis religioso los reciben con vítores. Para ellos, es como si los dos heraldos hubieran entrado en el vientre de la bestia y regresado con vida.

Desde los balcones y ventanas, el personal de la CGTP se ríe y hace bromas a costa de los bulliciosos y afectados hayistas.

-Tiempo atrás, los apristas eran matones y les decíamos "búfalos", ahora simplemente dan risa.- Sentencia el dirigente sindical y todos estallan en carcajadas.

ACLARACIÓN DE RIGOR
El local de la CGTP dispone de un protocolo de seguridad especial para estos casos. Existen diversas medidas tanto para impedir el ingreso de indeseables, como para disuadir de manera rápida y eficaz cualquier intento de violencia. El dia mencionado estas medidas funcionaron impecablemente por lo que los revoltosos no pasaron de ser ciertamente una anécdota.


Esta historia es verdad, aunque usted no lo crea

-La Primera
-Web del PCP

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