Más problemas del sindicalismo peruano
Para nadie es un secreto que en el sindicalismo peruano se están registrando algunos cambios. Si alguien ha leído antes mi blog, sabrá que una de mis obsesiones es el cruce entre el cambio generacional y el nuevo radicalismo sindical. Es decir, en los sindicatos hay más jóvenes, y estos jóvenes son más radicales.
El nuevo radicalismo, ya no tiene un componente ideológico maoísta, como en décadas pasadas. la presencia de sendero luminoso es mínima, y generalmente esporádica. No hay ningún gremio con presencia senderista.
Por otra parte, es claro el viraje que en los últimos años ha dado Patria Roja. Ciertamente, para los incautos en general y los malintencionados de la derecha conservadora, Patria Roja siempre será el cuco con quien asustar a los desprevenidos. Pero si uno visita su web no va a encontrar nada que pueda escandalizar.
En el mundo sindical, Patria Roja fue en los 70s el ala izquierda del movimiento sindical. Desde el Sutep, donde su liderazgo ha sido muy fuerte, luchaban contra el "revisionismo" del PCP en la dirección de la CGTP.
En una animada discusión en el blog de Daniel Siguas, he posteado lo que entiendo y recuerdo del CCUSC, donde maoistas y troskos trataron de construir otra central sindical, con poco éxito, claro está. Eran épocas de discusiones muy acaloradas entre "revisionistas" y "ultras". Pero eso es historia.
Hoy en día, los compañeros de Patria Roja son parte del establishment oficial de la izquierda, junto con el PCP y el PS, en el proyecto de la CPS (Coordiandora Político Social). Sinceramente, es muy difícil señalar quien esta más a la izquierda de quien... o más al centro.
¿El partido es el papá y el sindicato el hijo?
No pues. Así no es.
En el terreno sindical no hemos tenido un ala izquierda en forma durante los primeros años de la presente década. Pero ahora la situación ha cambiado. Alguna vez escuché o leí, en los meses grises cuando se caía el Muro de Berlín y lo que llamábamos socialismo iba desapareciendo junto con tantas estatuas de Lenin, que una cosa era segura: el troskismo se había acabado, pues, su razón de ser, el stalinismo ya no existía.
Pero, en estas cosas de la política, nunca se sabe. Y así pues, aquí en el Perú, los troskos (como se les denomina cariñosamente a los seguidores de Lev D. Bronstein) tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.
Nadie puede negar su empeño, dedicación y entusiasmo. Tampoco esa vocación tan particular por dividirse. Hasta ahora el grupo más fuerte parece ser el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) pero no es el único. Tenemos también a Voz Socialista. Y entiendo que a un grupo que está tratando de formar un PT (Partido de los Trabajadores). También es conocida la labor política del c. Erwin Salazar desde Lambayeque, pero entiendo, que en Lima no goza de muchas simpatías entre sus compañeros de ideología.
Están presentes en muchas áreas del movimiento sindical. En Lima, han logrado un trabajo interesante en confecciones, donde su presencia en la denominada Coordinadora Sindical Textil es clara. En la carretera central también están haciendo un trabajo político importante. Y por lo que señala Pukamuki, boletín de los comunistas en el sector minero, aqui y aquí, su presencia en la Federación Minera ha crecido. Y ojo, que este mes hay congreso en la Federación Minera.
Pero bueno, un ala izquierda, no debería ser un problema para nadie. La pluralidad es importante en un sindicato, pues somos un frente único, como nos enseñara Mariátegui. El problema es otro.
Los trostkistas no respetan la autonomía sindical. Esta es la principal razón de nuestra crítica. La autonomía sindical, es lo que se entiende por la independencia política del sindicato frente a partidos y gobiernos. Y se viola dicha autonomía cuando el "partido" doblega, subordina o instrumentaliza al sindicato. Esta subordinación se expresa claramente cuando los intereses políticos partidarios reemplazan a los intereses sindicales. Por ejemplo, cuando demoramos la solución de un conflicto, para poder "agudizar las contradiciones" y así, demostrar a los trabajadores, que la democracia burguesa no sirve, o que el orden jurídico laboral es una tontería. De esta manera, los criterios partidarios resultan más importantes que los estrictamente sindicales.
Mi hipótesis, es que la actuación de los grupos troskistas viene destruyendo la autonomía sindical en los sindicatos donde tienen presencia. En la Coordinadora Sindical Textil, por ejemplo, se ha desarrollado una estrategia confrontacional y maximalista. Cuyo resultado es la virtual desarticulación de dicha instancia y el debilitamiento de sus bases sindicales. Mucho radicalismo pero ningún resultado. Desde un punto de vista sindical, esto es una clarísima derrota. Pero para el grupo político que "asesora" a dicho gremio, este proceso es positivo pues le permite disponer de un espacio para cuestionar la política de la Confederación mariateguista. No interesa el costo social.
El problema puede verse claramente, cuando el conflicto social es subordinado a la lógica de la política y ésta es interpretada por el partido. Imaginemos un sindicato donde los troskos son mayoría en la dirección sindical, de pronto, se va a la huelga. ¿Quién debe determinar cuando se levanta o no la huelga?. ¿El grupo partidario de acuerdo a los intereses políticos de la coyuntura?
No. Son los trabajadores quienes tienen la soberanía. El caso, lamentable de huelgas que no se levantan o conflictos que no se resuelven porque es de interés de un grupo partidario mantenerlos en auge, para así disponer de mayor prensa y militancia; ha sido una constante en la historia sindical de nuestro país.
La autonomía sindical, es la única garantía que tenemos para mantener una verdadera representación social de los trabajadores y trabajadoras. Para lograr acuerdos cuando sea necesario y obtener resultados concretos cuando sea posible.
Aquellos, que solamente ven objetivos políticos, y que buscan articular, todo conflicto social de acuerdo a sus intereses de corto plazo: la lucha contra la "burocracia sindical" de lo CGTP, por ejemplo, le hacen daño al sindicalismo y a la izquierda. Es un buen momento, para defender la autonomía sindical.
Sobre autonomía sindical (en este blog):
El nuevo radicalismo, ya no tiene un componente ideológico maoísta, como en décadas pasadas. la presencia de sendero luminoso es mínima, y generalmente esporádica. No hay ningún gremio con presencia senderista.
Por otra parte, es claro el viraje que en los últimos años ha dado Patria Roja. Ciertamente, para los incautos en general y los malintencionados de la derecha conservadora, Patria Roja siempre será el cuco con quien asustar a los desprevenidos. Pero si uno visita su web no va a encontrar nada que pueda escandalizar.
En el mundo sindical, Patria Roja fue en los 70s el ala izquierda del movimiento sindical. Desde el Sutep, donde su liderazgo ha sido muy fuerte, luchaban contra el "revisionismo" del PCP en la dirección de la CGTP.
En una animada discusión en el blog de Daniel Siguas, he posteado lo que entiendo y recuerdo del CCUSC, donde maoistas y troskos trataron de construir otra central sindical, con poco éxito, claro está. Eran épocas de discusiones muy acaloradas entre "revisionistas" y "ultras". Pero eso es historia.
Hoy en día, los compañeros de Patria Roja son parte del establishment oficial de la izquierda, junto con el PCP y el PS, en el proyecto de la CPS (Coordiandora Político Social). Sinceramente, es muy difícil señalar quien esta más a la izquierda de quien... o más al centro.
¿El partido es el papá y el sindicato el hijo?
No pues. Así no es.
En el terreno sindical no hemos tenido un ala izquierda en forma durante los primeros años de la presente década. Pero ahora la situación ha cambiado. Alguna vez escuché o leí, en los meses grises cuando se caía el Muro de Berlín y lo que llamábamos socialismo iba desapareciendo junto con tantas estatuas de Lenin, que una cosa era segura: el troskismo se había acabado, pues, su razón de ser, el stalinismo ya no existía.
Pero, en estas cosas de la política, nunca se sabe. Y así pues, aquí en el Perú, los troskos (como se les denomina cariñosamente a los seguidores de Lev D. Bronstein) tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.
Nadie puede negar su empeño, dedicación y entusiasmo. Tampoco esa vocación tan particular por dividirse. Hasta ahora el grupo más fuerte parece ser el PST (Partido Socialista de los Trabajadores) pero no es el único. Tenemos también a Voz Socialista. Y entiendo que a un grupo que está tratando de formar un PT (Partido de los Trabajadores). También es conocida la labor política del c. Erwin Salazar desde Lambayeque, pero entiendo, que en Lima no goza de muchas simpatías entre sus compañeros de ideología.
Están presentes en muchas áreas del movimiento sindical. En Lima, han logrado un trabajo interesante en confecciones, donde su presencia en la denominada Coordinadora Sindical Textil es clara. En la carretera central también están haciendo un trabajo político importante. Y por lo que señala Pukamuki, boletín de los comunistas en el sector minero, aqui y aquí, su presencia en la Federación Minera ha crecido. Y ojo, que este mes hay congreso en la Federación Minera.
De Politica |
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Pero bueno, un ala izquierda, no debería ser un problema para nadie. La pluralidad es importante en un sindicato, pues somos un frente único, como nos enseñara Mariátegui. El problema es otro.
Los trostkistas no respetan la autonomía sindical. Esta es la principal razón de nuestra crítica. La autonomía sindical, es lo que se entiende por la independencia política del sindicato frente a partidos y gobiernos. Y se viola dicha autonomía cuando el "partido" doblega, subordina o instrumentaliza al sindicato. Esta subordinación se expresa claramente cuando los intereses políticos partidarios reemplazan a los intereses sindicales. Por ejemplo, cuando demoramos la solución de un conflicto, para poder "agudizar las contradiciones" y así, demostrar a los trabajadores, que la democracia burguesa no sirve, o que el orden jurídico laboral es una tontería. De esta manera, los criterios partidarios resultan más importantes que los estrictamente sindicales.
Mi hipótesis, es que la actuación de los grupos troskistas viene destruyendo la autonomía sindical en los sindicatos donde tienen presencia. En la Coordinadora Sindical Textil, por ejemplo, se ha desarrollado una estrategia confrontacional y maximalista. Cuyo resultado es la virtual desarticulación de dicha instancia y el debilitamiento de sus bases sindicales. Mucho radicalismo pero ningún resultado. Desde un punto de vista sindical, esto es una clarísima derrota. Pero para el grupo político que "asesora" a dicho gremio, este proceso es positivo pues le permite disponer de un espacio para cuestionar la política de la Confederación mariateguista. No interesa el costo social.
El problema puede verse claramente, cuando el conflicto social es subordinado a la lógica de la política y ésta es interpretada por el partido. Imaginemos un sindicato donde los troskos son mayoría en la dirección sindical, de pronto, se va a la huelga. ¿Quién debe determinar cuando se levanta o no la huelga?. ¿El grupo partidario de acuerdo a los intereses políticos de la coyuntura?
No. Son los trabajadores quienes tienen la soberanía. El caso, lamentable de huelgas que no se levantan o conflictos que no se resuelven porque es de interés de un grupo partidario mantenerlos en auge, para así disponer de mayor prensa y militancia; ha sido una constante en la historia sindical de nuestro país.
La autonomía sindical, es la única garantía que tenemos para mantener una verdadera representación social de los trabajadores y trabajadoras. Para lograr acuerdos cuando sea necesario y obtener resultados concretos cuando sea posible.
Aquellos, que solamente ven objetivos políticos, y que buscan articular, todo conflicto social de acuerdo a sus intereses de corto plazo: la lucha contra la "burocracia sindical" de lo CGTP, por ejemplo, le hacen daño al sindicalismo y a la izquierda. Es un buen momento, para defender la autonomía sindical.
Sobre autonomía sindical (en este blog):
Hola Carlos:
ResponderEliminarEn tu intercambio con el c. Siguas haces referencia a un artículo de Dennis Sulmont. A menos que te refieras a su libro Historia del movimiento obrero peruano, te agradeceré me indiques qué texto es aquel.
Por lo demás, dudo que la participación de Sulmont en la "nueva izquierda" implique la parcialización con alguna de sus posturas. No lo conocí en aquella época, pero el trabajo actual de Sulmont da muestras suficientes de un desempeno académico serio y lejano a los "apasionamientos" partidarios que aún persisten en algunos análisis políticos de la coyuntura y la historia reciente (pienso en el artículo de Bareda hace unos días, en LR), no crees? Un abrazo!
Hola Quique:
ResponderEliminarMe refiero al articulo de Sulmont escrito para la revista NUEVA SOCIEDAD NRO. 26 SEPTIEMBRE-OCTUBRE 1976, PP. 39-62, que esta en internet, voy a subirlo a mi folder de documentos en scribd para mayor acceso, alli explica en dos párrafos lo del CCUSC y de la oposicion "de izqueirda". Pero efectivamente, reafirmo lo dicho: su manual de historia obrera es claramente antiPC, tiene un sesgo claro, y eso es patente en su esquema de "revissionistas" y "revolucionarios" asi como en los cambios que ocurren entre las diferentes introducciones al texto; creo que incluso el mismo ha señalado autocriticamente algo asi en una entrevista que no encuentro.
Y bueno, lo del trabajo serio, mira Quique, Sulmont es el ideologo del "sindicalismo de implicación responsable" que tanta confusión creo en los 90s. Junto con otros autores menores decretaron la muerte del "sindicalismo de clase" en esa década. Ahora ya ves, donde andan unos y donde estamos nosotros. Entiendo tu posición "políticamente correcta" con una imagen "tutelar" del mundo academico sobre sindicatos, pero compa, veamos textos.
saludos cordiales
carlos
Gracias Carlos por el dato. Buscaré ese texto.
ResponderEliminarRespecto a la clasificación que hace Sulmont sobre revolucionarios y revisionistas, de lo que recuerdo esa fue una forma de categorizar a las distintas posturas que tomó la izquierda en esas épocas, en función de su mayor o menor afinidad respecto de Moscú, Pekin, etc. etc. Categorización que respondía, por cierto, a escisiones reales, concretas, no? Se te ocurre alguna otra forma de clasificar las corrientes de izquierda, ya sea en los partidos como en las organizaciones sindicales, para ese momento histórico particular?
Implicación responsable... humm... no es eso lo que propones ahora cuando hablas de la necesidad de dejar posturas radicales (como calificas a algunos sindicalistas del sector textil)y asumir una postura que combine presión y negociación, sin llegar a descalificar de antemano al interlocutor eventual (Estado o empresa) por el simple hecho de serlos.
Además, lo cierto es que en los 90 comenzaron a operar cambios importantes en lo cultural, lo social y lo político en la sociedad peruana (y también en el sindicalismo). Desde las ciencias sociales eso no significó la negación de una sociedad dividida en clases, sino la mahyor heterogeneidad de éstas, la permeabilidad de las fronteras de clase y sociales (movilidad horizontal) y las dificultades de representación social y política de los sectores sociales "nuevos". Como comprenderas, eso también influyó en la construcción de discursos políticos, académicos e ideológico-culturales. La confusión no fue, como planteas, de los intelectuales "tutelares" del sindicalismo (definición que no termino de comprender), sino de los propios sindicalistas. A ellos habría que preguntarles por qué y cómo sucedió esto, por qué dejaron que pasará... no?
Por último, me dejaste con la duda de saber cuál es mi posición "políticamente correcta"? pensé, al leerte, que estabamos en la misma dirección...
un abrazo!
quique
Hola Quique:
ResponderEliminarLamento la demora es responderte. Veamos, tu señalas dos cosas:
a.- La clasificación de Sulmont entre "clasistas" y "revisionistas" era la más adecuada pues respondia a divisiones reales señalas. Y me preguntas si se me ocurre otra. Pues claro, la que usábamos en la CGTP en ese entonces: "Clasistas" nosotros; "infantiles" o "ultras" los otros. ¿En que se diferencia de la de Sulmont ("clasistas" ellos VR y afines, "revisionistas" nosotros, el PC)? En nada. Ambas son subjetivas, no rigurosas y expresan un sesgo que no ayudó a construir una verdadera identidad unitaria. Ambas se usaban en los debates. Ninguna era hegemónica ni académica. La trampa es que Sulmont utilizó una imagen de "estudioso" para colocar en un texto de divulgación las categorias de su particular opción política.
Lee las introduciones del mismo manual. La última ya tiene algo de mea culpa.
b.- Me dices que mi posición actual se parece al sindicalismo de implicación responsable que Sulmont apadrino con alegría en los años 90s.
Veamos, sugiero leer, para uniformizar conceptos, la revista Debates en sociología Num 19 de la facultad de ciencias sociales de tu Pontificia Universidad Católica, publicado en mayo de 1995. En plena reforma flexibilizadora de Fujimori.
Algún dia deberiamos conversar sobre esos artículos a la luz de hoy. El principal corresponde a Sulmont y es una revisión (en sentido literal) de la reflexión sobre el mundo del trabajo y cómo se ha visto desde la academia. Alli explica que el "involucramiento responsable" es cuando el trabajador participa en el proceso de producción de acuerdo a objetivos estratégicos de desarrollo empresarial, este enfoque llevaria a una renovación sindical basada entre otros puntos en: "la revaloración de la empresa y la implicación responsable de los trabajadores en la reconversión productiva y el incremento de la eficiencia..."
Podemos concordar que recomendar en pleno 1995 semejante eje de trabajo a los sindicalistas, era para decirlo en pocas palabras: un error. y lo fue. Los dos o tres casos que tenian los sociólogos de esta corriente como "modelos" fueron destruidos antes del 2000.
De forma similar Carmen Rosa Balbi pide en el mismo texto, a la CGTP que se renueve mientras analiza la debilidad del sindicalismo en ese periodo sin mencionar el asesinato del secretario general Pedro Huillca como un elemento en este proceso.
Mención aparte tiene el texto del Dr. Miguel Canessa. Quien reduce al sindicalismo de clase a sus rasgos confrontacionales y eleva a la categoría de "nuevo paradigma sindical" a algo que él ha inventado como el "sindicalismo resolutivo" que considte básicamente en que el sindicato busca los intereses comunes con la empresa, en una lógioca de ganador-ganador, sin discursos ni tácticas confrontacionales.
¿Te dije de cuando es el texto? 1995. En plena ola de flexibilización neoliberal, luego de la devastadora reforma laboral fujimorista que hasta la propia OIT habia señalado como la más dura de la región, nuestros sociólogos progresistas nos recomendaban "buscar intereses comunes" y "no ser confrontacionales".
¿Y donde esta ahora el nuevo paradigma sindical de Canessa?
El error, me parece que partía de un cambio entre los academicos. Trataron de racionalizar su propio cambio de discurso e identidad adjudicandole al sujeto social todas las carateristicas que eran indeseables. Se criticaba al sindicalismo por ser confrontacional y no negociador, cuando toda la legislación laboral había sido (y sigue siendo) contraria a la negociación colectiva.
Negociar y presionar no es lo que plantean estos autores. Ellos aspiran a construir una comunidad en la empresa. ¿tu te crees eso? Negociar y presionar es una regla básica de cualquier manual de sindicalismo. Mi critica a los textiles no es por ser radicales, sino por violar la autonomia sindical.
Bueno, da para más y talvez sea un post más tarde. Por ahora te aseguro, que nada más lejos de mis ideas, que pretender buscar intereses comunes y elevar la productividad, cuando los salarios hace una década que vienen perdiendo su poder adquisitivo. Y cuando ahora, a pesar de los 7 puntos (más o menos) de inflación, los empresarios y el gobierno no desean ni siquiera que los trabajadores recuperen sus ingresos.
Los cambios sociales que registras fueron parte del impacto de las reformas neoliberales, las cosas no cmabian solas, sino en función de intereses, que juegan o se enfrentan a otros intereses. Tercerizar la economía o acabar con el asalariamiento no es algo que se da por que si. Empodera a algunos y destruye a otros. Recuerda, los sindicalistas en los 90s no se quedaron solos por ser muy radicales. Fueron desarticulados en una acción coordinada desde el estado, los empresarios y los medios de comunicación. Recuerdote que en esa década Pedro Huillca y ocho dirigentes sindicales de nivel nacional fueron asesinados por el estado peruano o sendero. No dejaron que pasara como dices. No se quedaron mirando, fueron asesinados.
Hola Carlos
ResponderEliminarMira, no tengo a la mano ese número de Debates en Sociología (se quedó en mi biblioteca en Lima), pero algo recuerdo de los textos.
Cierto, comparto contigo la necesidad de revisar esos artículos a la luz de hoy, siendo siempre más fácil los análisis retrospectivos. Sin embargo, considero que en ese momento el movimiento sindical venía de un proceso de debilitamiento (del que la mayor responsabilidad no corresponde a los intelectuales, como pareciera sugerir tus opiniones) causado por el vil asesinato de Huillca, Cantoral y otros companeros; las reformas laborales flexibilizadoras y la campana mediática en contra de los sindicatos. Sólo para agregar un item más al análisis sobre la crisis del sindicalismo peruano, sería importante incorporar cuál es la responsabilidad del propio movimiento sindical en este proceso de repliegue y debilitamiento organizacional y político. Me imagino que en la CGTP han revisado atentamente este punto. Ojála podamos conocer esos balances, tú podrías compartirlos. Algo adelantaste hace poco cuando escribiste sobre el culto al caudillo en algunos sindicatos, a lo que se agrega las dificultades para renovar las dirigenncias, prácticas que - también - inhiben el acercamiento de nuevos miembros, no te parece? (por cierto, es el cc Luis Lopez Chao - a quien le tengo especial consideración - el secretario general del Sindicato de trabajadores de Claro, el mismo secretario general del SUTTP?)
Ahora bien, volviendo al tema en cuestión, me parece que el "discuso" sobre la implicación responsable que identificaron algunos académicos, respondía - a mi entender - a la coyuntura político-económica que se vivía en aquellos anos. Rápidamente: un fuerte descenso en la tasa de sindicalización (sí, por los despidos masivos, la falta de garantías legales y, también, por el débil arraigo de los sindicatos para atraer nuevos miembros), una economía golpeada por la hiperinflación de finales de los 80 y el ajuste estructural, políticas antisindicales desde el Estado, aumento de la informalidad y, sobre todo, la crisis de paradigmas, sobre todo la debacle del socialismo 'realmente existente' como gusta decir a algunos. En ese escenario, distinto al actual por cierto, la salida a la mano de muchos sindicatos era, pues, negociar cómo proteger sus puestos de trabajo y enfrentar los procesos de reestructuración productiva. Un caso interesante de cómo se negoció la participación de los trabajadores en los procesos de ajuste estructural y reestructuración productiva es el de los trabajadores telefónicos de Telmex, en México. Ahí, según Francisco Zapata (le hice una entrevista en México, si te parece te la paso) el sindicato negoció los despidos y reconverciones laborales, el adelanto de las jubilaciones y la creación de un instituto técnológico para la formación y actualización laboral del personal que quedaría en la empresa. Hasta lo que entendí, ese fue un proceso de 'implicación responsable' que llegó a buen término. Podemos discutir la situación del sindicalismo mexicano, su vinculación con las estructuras de poder estatal y político, incluso los casos de corrupción detectados en esos procesos, pero el resultado, según la opinión de Zapata, es muy favorable para los trabajadores del sector telecomunicaciones.
En nuestro caso, las mesas de dialogo sugeridas por el gobierno deberían apuntar en esa dirección? Es posible el dialogo social en el Perú? Están los actores sociales: estado, empresas y sindicatos en condiciones de concertar?
En fin, tema para seguir discutiendo y conversando contigo, una práctica siempre aleccionadora.
saludos,
quique
Hola Quique.
ResponderEliminarDe nuevo en primera, porque si no se me pasa el tiempo y esta conversa esta muy interesante. Gracias por darte este tiempo, imagino que andas metido en mil cosas allá en Bs As.
Tu planteas ahora dos cosas. Ya no insistes en lo de Sulmont y sus categorias. Bien.
La primera es ¿cuál es la responsabilidad del movimiento sindical en la derrota de los 90s?
Hay balances internos, si claro, pero escritos en los 90s y tioenen un tinte muy autoflagelante, en parte por el ambiente ideológico de ese momento. Recuerda que en el 89 se habia caido el muro y poco despues ya ni la URSS existia (los moscovitas la pasamos mal, que te voy a contar).
Pero una cosa es el balance de esa época que tiene su valor más testimonial y otra es lo que podamos entender ahora, cuando ya ha pasado más agua por el rio, no?
Desde mi punto de vista, el movimiento sindical fue una víctima completa. Los 90s son el resultado de la manera que se entendio la relación partido-sindicato en los 70s.
Entonces, si se trata de hacer una lista de culpables, pondria en primer lugar al Estado y los gobiernos patronales (de Bermudez en adelante), siendo Alan Garcia en su primer mandato un gran responsable (la hiperinflación como sabes destruyo el tejido social del país a un nivel inimaginable) y Fujimori como el principal culpable. Dentro de un escenario donde la música de fondo es el neoliberalismo.
Pero, no culpables, pero si testigos impasibles, fueron las izquierdas. Todas. Tus referentes políticos y los mios. El PUM, Patria, el PC, los barrantistas, los ultras. Pues todos mantenian una mirada partidaria sobre el sujeto sindical. No existia eso llamada "autonomía sindical". ¿Por que crees que el desarrollo sindical en nuestro país es fragmentario como un archipiélago? En esa época cada sector gremial era una corriente partidaria. Tu lo sabes. Esa conformación fue nefasta a la hora de pensar alternativas, pues el criterio ya no fue sindical sino partidario. Y ningún partido (o partidito) queria que su gremio impulse medidas defensivas, todos querian ser radicales y a la ofensiva.
Resultado: una politica sindical de derrota. ¿no recuerdas que las primeras huelgas del SUTEP en la época de horacio Zeballos eran apoyadas por los padres de familia? En los piquetes en la puerta del colegio estaban los APAFAS apoyando a los profesores huelguistas. ¿Que paso que ahora eso es impensable?
¿Porque los estatales no lograron construir una respuesta viable, viable a la ola de despidos de Fujimori? Porque asumieron posiciones extremas en un contexto de reflujo. ¿Porque? porque las direcciones partidarias no querian quedar como colaboradoras del régimen.
En resumen, mi respuesta es que el sujeto sindical en los 90s fue incapaz de articular una mejor estrategia tanto por los factores externos ya vistos, como por la ausencia de autonomía sindical, que se deriva de su gestación en los 70s.
La buena noticia es que eso, ahora es imposible de repetir. No en todas partes, pero ya se ha consolidado una autonomía sindical en general., En donde no existe (por eso discuto con tus amigos troskistas...jejeje) hay peligro de que destruyan al sindicato. Unos u otros.
La segunda cuestión es lo de la "implicación responsable". No me parece el mexicano un buien ejemplo para estos casos. Un amigo mio, activista del nuevo sindicalismo me contaba del "charrismo" herencia de Fidel Velazquez al sindicalismo mexicano. Entocnes no sé si a Sulmont y Canessa les agrade la idea de comparar al charrismo sindical mexicano con su postulado de "sindicalismo de implicación responsable".
El caso de Telmex y el STRM lo ve Zapata en su libro clásico "El sindicalismo mexicano frente a la reestructuración", y más someramente en "Tiempos neolibnerales" donde el balance general es negativo para el sindicalismo. Pero en particular el caso de la privatización de TELMEX fue un tema de amplio debate en Mexico.
¿Me pregunto si el acuerdo entre empresa y sindicato hubiera sido posible sin la tradición corporativista del estado mexicano?. Lo cual complica las cosas, pues si el corporativismo es una precondición para el éxito del "sindicalismo de nuevo tipo", pues vamos mal. Entiendo que ahora
En el caso nuestro, yo tengo una mirada pesimista. Me explico. Entiendo que el diálogo social es necesario, imprescindible y que como sindicalistas debemos de buscar, consolidar y ampliar todos los espacios de diálogo social, dentro y fuera de la empresa.
Pero, a nivel más subjetivo, tengo la impresión que vivimos en una sociedad de sordos. Los empresarios ni el gobierno quieren escucharnos. los primeros tienen una mirada completamente antisindical (el caso de CLARO es un ejemplo nomás), discriminadora y excluyente. Lo cual me parece que condena a priori todos nuestros intentos de diálogo. Ya sea por que son ignorados o porque terminan siendo improductivos, un paseo.
En el caso particular de la CGTP y estas mesas, hemos tratado de curarnos en salud, y poner fechas y mandatos claros. Para que no nos tomen el pelo.
Por favor, señor Mejía. No cree cucos donde no los hay.
ResponderEliminarUsted debería saber mejor que nadie que los trotskistas (o al menos quienes nos reivindicamos de la corriente de Nahuel Moreno) somos respetuosos de la autonomía sindical. Nosotros, si tenemos un compañero trabajador en un sindicato, le orientamos para que haga una buena discusión cuando haya asamblea, pero tampoco es que vayamos a usar métodos gangsteriles para imponer nuestro parecer. No hay nada más lejano de la realidad que un marxista atentando contra el principio de la democracia obrera (razon por la cual aún hoy nos enfrentamos al estalinismo y al maoísmo).
Ciertamente cuestionamos a la burocracia de la central por no luchar consecuentemente en contra del gobierno y por no encabezar desde el comienzo la resistencia a la crisis económica... pero es bajo creer que por eso (por criticar a la actual direccion de la CGTP) no respetamos la autonomía sindical. ¿Es que acaso solo los que nunca critican a Huamán y compañía la respetan?
Finalmente, una aclaración: Voz Socialista es un grupo de albaneses, no de trotskistas. Sus prácticas sí se asemejan a las descritas en su post y, en todo caso, antes de golpear al trotskismo y pintarlo como un demonio rojo, desde el PC deberían de ver más de cerca lo que hacen sus primos hermanos albaneses.
Hola compañero Llanos:
ResponderEliminar¿Ahora soy señor y ya no compañero? No te molestes, podemos discrepar, incluso más fuertemente, pero eso no nos hace enemigos y tu lo sabes muy bien.
Primero hay que despersonalizar esta discusión. No estoy criticando tu conducta política en general. Toda la información que manejo me indica que personalmente eres un magnifico militante de la izquierda marxista, lo cual ya es bastante.
Mi crítica tiene un referente teórico y colectivo. Y se basa en un análisis de la experiencia sindical real. Específicamente de la coordinadora sindical textil. No sé si tu eres asesor de dicha coordinadora. No lo creo.
Teniendo este marco, señalo dos cosas:
La relación de Trotsky con el sindicalismo ha sido complicada. Pero no temas, no es tan grave. La relación del marxismo con el sindicalismo ha sido complicada en general. En concreto, trotsky asumia a los sindicatos como parte del estado soviético, en dependencia a los intereses del estado obrero. En general suena sensato, en la práctica Lenin vio que por allí podrian haber problemas -como los hubo- y por eso en su testamento señala la njecesidad de fortalecer la inspección obrera (la Rabkrin).
Si, ustedes los "morenistas" respetean la autonomía sindical, pues me alegro por ello y ojala realicen un trabajo mayor entre los sindicatos. Pero, claro, como iguales, no como los portadores de la verdad iluminada. Tu sabes que yo no pinto al troskismo como demonios, basta leer lo que escribo con atención para darse cuenta. Ahora, claro, admito que en mi partido, no tienen muchos fans. Imagino que eso no les preocupa. Lamentablemente, algunos necesitan un PC stalinista para poder justificarse.
PS. Lo de Voz Socialista no lo tenia claro... albaneses...increible. Pero tu lógica "nosotros no, ellos si" necesita talvez más argumentos. ¿porque ustedes no y ellos si? es sólo una cuestión de valores o es un resultado a priori por el origen doctrinario? Esto ya parece la cita que usaba tanto de Marx, la historia se repite, la primera vez como drama.... pero la segunda como tragedia. Ojala no sea así.
desconosco algunas tesis marxistas leninistas maoistas si lo vemos desde un punto de vista general pero me considero MLM lo que yo creo debe interesar a la mayoria de trabajadores y mas a los cuadros creoyo es que todos contribuimos directa o indirectamente en el desarrollo politico economico e ideologico delperu y delmundo ejemplo nuestropais es mayormente minero es agricola y pesquero y mas ahi estan los sectoresmas pobres economicamente entonces de que vale conocer tanta tesis de los grandesmaestros sino trabajamos con estos sectores es necesarioun partido pero que pasa con la izquierda peruana todos los sectores quieren figurar y creer tener la razon sirvamos al pueblo con todo corazon es decir sencillos con muchovalor demos razon alos que tienen mas razon entiendo que nadie es dueño de la verdad sino corregimos nuestros errores siempre estaremos sometidos por esta falsa democracia con criterios antojadizos mezquinos nunca tendremos una izquierda unida y un partido que tanta falta hace al proletariado y alos sectores populares.les digo cosas buenas traen cosas buenas lo malo desaparece por si solo los revolucionarios pueden morir donde quieren la sobervia de los años 70 el querer tener la razon por siempre el no escuchar hizo que ahora estemos como estemos desunidos y quien es el ganador necesitamos de profesionales no tengamos un concepto absoluto de lo que fue en otros años de lo que sucedio en otros lugares el partido tiene que estar en funcion del pueblo por eso creo que tenemos que formar autenticos y los mejores hijos del pueblo faltan cuadros trabajemos en todo el peru no solo en las ciudades principales viva el peru carajo.
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